Durante todo el día dejamos que las cosas sucedieran por sí solas, sin intervenir. Es la mejor forma de capturar emociones reales y momentos espontáneos.
La ceremonia fue muy emotiva, con discursos de amigos y, especialmente, las palabras del hermano de Erik, que no dejaron un ojo seco. Más tarde, Isabel y Erik también dedicaron unas palabras a sus invitados, cerrando la ceremonia con una gran dosis de emoción y gratitud.