Boda de fin de semana: Dos días de amor y locura en Aldeanueva del Camino

¿Una boda en Extremadura? Quién nos iba a decir hace unos años. En esta era de globalización, nuestras fotografías viajan a todos los rincones de España. Este año, estamos listos para emprender carreteras y abordar aviones, ¡y estamos emocionados por ello! Viajar nos brinda la oportunidad de conocer nuevos destinos y tradiciones que estimulen nuestra creatividad. Algunos podrían preguntarse: ¿No hay suficientes fotógrafos de bodas en Extremadura? Por supuesto que los hay, y excelentes. Sin embargo, en la actualidad, las parejas buscan a su fotógrafo por su estilo y su filosofía, sin importar su lugar de residencia. ¿Acaso importa si la boda se celebra en Granada, Valencia o en Cáceres?

La boda de Maud y Juan se inauguró el viernes con una inolvidable sorpresa: una serenata planeada en secreto por Juan, que resultó ser una experiencia verdaderamente increíble. La música en vivo llenaba el aire mientras Juan ascendía las escaleras hacia el balcón de Maud, sosteniendo un hermoso ramo de flores.

El baile de los novios fue el punto culminante de este emotivo momento. Después, todos disfrutamos de un encantador paseo por las calles de Aldeanueva del Camino hasta llegar a la plaza, donde los invitados tuvieron la oportunidad de conocerse antes del gran día. Fue una experiencia que nos encantó.

El día de la boda de Maud & Juan comenzamos con los preparativos de Maud. ¡Cómo me gustan las bodas de tarde! Sobre todo porque la novia puede vivir su boda sin tantas prisas y disfrutando de cada momento.

Además, casarse por la tarde tiene otra ventaja, especialmente si la boda tiene lugar en la región sur de España: disfrutar de una temperatura más agradable. Esto añade un toque de comodidad, permitiendo que todos los invitados disfruten plenamente de la ocasión.

Tras dar el ¡Sí, Quiero!» en la Parroquia de San Servando, nos dirigimos al Hotel Tres Mentiras, donde, desde el momento en que llegamos, la energía no paró de fluir. Maud, Juan y todos los invitados se entregaron por completo, disfrutando al máximo hasta que la fiesta finalmente nos dejó exhaustos.

Además de una entrada espectacular, fuimos sorprendidos por la increíble actuación del violinista Benjamin, un amigo de Juan, que convirtió la celebración en una experiencia memorable, con lágrimas de emoción en más de un par de ojos.

Muchísimas gracias, Maud, Juan y a todos los invitados de la boda, por cuidarnos tanto y hacernos sentir como en casa.

¿Te casas dentro de poco y estás buscando un reportaje de boda en el que no tengas que estar pendiente de una cámara de fotos?

Fotógrafo de bodas en Valencia

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